Los primeros minutos mostraron un temprano dominio del Manchester United, que intentó avansallar a su rival y arrinconarlo en su propia área. Barcelona intentó establecer su dominio sobre el partido con la tranquilidad que lo caracteriza, pero le resultó complicado imponer su ritmo pausando frente al frenético arranque inglés.
Cada intento de Barcelona por pasar la mitad de la cancha, durante los inicios del partido, fue cortado por el mediocampo rival, que se encargaba de recuperar la pelota con el objetivo de lanzar algún contraataque mortifero. Así sucedió a los 6 y 9 minutos, cuando Valdes, en ambas oportunidades, tuvo que salir a cortar ofensivas de los "Rojos", dejando en descubierto cierta fragilidad en la defensa catalán.
Pero, de los pies de un Messi conductor, el Barcelona comenzó a ganar terreno con pases, buen juego y circulación, aunque sin poder quebrar la defensa rival. De esta forma, lentamente, la velocidad inicial del Manchester United se vio menguada, ante un Barcelonaque encontró su ritmo. A los 20 minutos, un disparo de David Villa casi se mete por debajo de Van der Sar, que sin embargo logró controlar el balón.
Ya en la mitad del primer tiempo, todo parecía ser del Barcelona. Algunos intentos de Messi pecaron de demasiado individualidad, pero el rosarino se convirtió en un peligro constante, desplegando una gran movilidad. Mientras tanto, Mascherano, en una posición que no le es habitual, jugando como una suerte de defensor central adelantado, demostró solidez.
A los 27 minutos, el gol de Barcelona finalmente llegó de los pies de Pedro, que le dio a su equipo la victoria parcial que ya se merecía a esta altura del encuentro. Pero la alegría duró poco, y a los 33 minutos llegó un Zapatazo de Rooney para igualar el encuentro.
Sin demasiado mérito, entonces, Manchester United logró empatar con Barcelona, que, luego del gol, volvió a su dominio, pero ya un poco más nervioso dado que ya no ganaba el encuentro con tanta comodidad.
Luego del gol, Messi tampoco se pudo mover con tanta tranquilidad como antes, ya que era marcado desde cerca por varios defensores a la vez. Igualmente, se las rebuscó para hacer sentir su presencia. Consiguió algunos tiros libres y llegó cerca del arco rival tras combinaciones con sus compañeros, como a los 43 minutos, cuando, tras una pared con Pedro, estuvo a centimetros de empujar un buscapié para conseguir el segundo gol catalán. Fue la última situación del primer tiempo.
El segundo tiempo empezó como había terminado el primero, con Barcelona dominando en campo del Manchester. Messi siguió con sus quiebres de cintura y sus pases en profundidad, intentando buscar un camino al gol. Mascherano, por su parte, arrancó el segundo tiempo con una corrida sorprendente por la banda derecha que terminó en un centro frustrado.
A pocos minutos del arranque, llegó la recompenza por tanto dominio catalán: Messi, desde afuera del área, luego de un pase de Iniesta, lanzó un disparo mortal a ras del piso, que fue demasiado veloz para que Van der Sar pudiera pararlo.
Así, ahora 2 a 1 arriba, Barcelona volvió a ganar el partido y a manejar los hilos del encuentro con tranquilidad. Manchester United pareció rendirse antre el juego exquisito deBarcelona.
Toda la firmeza defensiva que los ingleses habían sugerido durante los momentos iniciales del partido quedó despedazada frente a su rival, un Barcelona que reafirmó su supremacía con cada triangulación. Casi no hubo fallas en el conjunto catalán. Messi se hizo dueño del medio campo y parecía que el tercer gol vendría de sus pies, pero al final fue David Villa, con un hermoso disparo al ángulo de Van der Sar, quien marcó el tanto.
El resto del encuentro estuvo de más. Barcelona, con una serenidad envidiable, no quiso correr demasiados apuros, y se conformó con hacer circular el balón para que un Manchester United anonadado corriera sin rumbo tras un balón permanentemente esquivo. Los catalanes estuvieron más cerca de marcar un cuarto gol que los "Rojos" de descontar, y así cerró la final de la Champions, con un Barcelona jugando un fútbol casi perfecto.
Los embajadores argentinos, Messi y Mascherano, cumplieron con las expectativas y fueron figuras, especialmente el rosarino, quien, como ya es habitual, se prendió en un partido importantísimo para Barcelona.
Cada intento de Barcelona por pasar la mitad de la cancha, durante los inicios del partido, fue cortado por el mediocampo rival, que se encargaba de recuperar la pelota con el objetivo de lanzar algún contraataque mortifero. Así sucedió a los 6 y 9 minutos, cuando Valdes, en ambas oportunidades, tuvo que salir a cortar ofensivas de los "Rojos", dejando en descubierto cierta fragilidad en la defensa catalán.
Pero, de los pies de un Messi conductor, el Barcelona comenzó a ganar terreno con pases, buen juego y circulación, aunque sin poder quebrar la defensa rival. De esta forma, lentamente, la velocidad inicial del Manchester United se vio menguada, ante un Barcelonaque encontró su ritmo. A los 20 minutos, un disparo de David Villa casi se mete por debajo de Van der Sar, que sin embargo logró controlar el balón.
Ya en la mitad del primer tiempo, todo parecía ser del Barcelona. Algunos intentos de Messi pecaron de demasiado individualidad, pero el rosarino se convirtió en un peligro constante, desplegando una gran movilidad. Mientras tanto, Mascherano, en una posición que no le es habitual, jugando como una suerte de defensor central adelantado, demostró solidez.
A los 27 minutos, el gol de Barcelona finalmente llegó de los pies de Pedro, que le dio a su equipo la victoria parcial que ya se merecía a esta altura del encuentro. Pero la alegría duró poco, y a los 33 minutos llegó un Zapatazo de Rooney para igualar el encuentro.
Sin demasiado mérito, entonces, Manchester United logró empatar con Barcelona, que, luego del gol, volvió a su dominio, pero ya un poco más nervioso dado que ya no ganaba el encuentro con tanta comodidad.
Luego del gol, Messi tampoco se pudo mover con tanta tranquilidad como antes, ya que era marcado desde cerca por varios defensores a la vez. Igualmente, se las rebuscó para hacer sentir su presencia. Consiguió algunos tiros libres y llegó cerca del arco rival tras combinaciones con sus compañeros, como a los 43 minutos, cuando, tras una pared con Pedro, estuvo a centimetros de empujar un buscapié para conseguir el segundo gol catalán. Fue la última situación del primer tiempo.
El segundo tiempo empezó como había terminado el primero, con Barcelona dominando en campo del Manchester. Messi siguió con sus quiebres de cintura y sus pases en profundidad, intentando buscar un camino al gol. Mascherano, por su parte, arrancó el segundo tiempo con una corrida sorprendente por la banda derecha que terminó en un centro frustrado.
A pocos minutos del arranque, llegó la recompenza por tanto dominio catalán: Messi, desde afuera del área, luego de un pase de Iniesta, lanzó un disparo mortal a ras del piso, que fue demasiado veloz para que Van der Sar pudiera pararlo.
Así, ahora 2 a 1 arriba, Barcelona volvió a ganar el partido y a manejar los hilos del encuentro con tranquilidad. Manchester United pareció rendirse antre el juego exquisito deBarcelona.
Toda la firmeza defensiva que los ingleses habían sugerido durante los momentos iniciales del partido quedó despedazada frente a su rival, un Barcelona que reafirmó su supremacía con cada triangulación. Casi no hubo fallas en el conjunto catalán. Messi se hizo dueño del medio campo y parecía que el tercer gol vendría de sus pies, pero al final fue David Villa, con un hermoso disparo al ángulo de Van der Sar, quien marcó el tanto.
El resto del encuentro estuvo de más. Barcelona, con una serenidad envidiable, no quiso correr demasiados apuros, y se conformó con hacer circular el balón para que un Manchester United anonadado corriera sin rumbo tras un balón permanentemente esquivo. Los catalanes estuvieron más cerca de marcar un cuarto gol que los "Rojos" de descontar, y así cerró la final de la Champions, con un Barcelona jugando un fútbol casi perfecto.
Los embajadores argentinos, Messi y Mascherano, cumplieron con las expectativas y fueron figuras, especialmente el rosarino, quien, como ya es habitual, se prendió en un partido importantísimo para Barcelona.
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